jueves, 19 de noviembre de 2009
En tus brazos...
domingo, 8 de noviembre de 2009
Decir no y decir si
Siguiendote
miércoles, 28 de octubre de 2009
Negarlo y no...
miércoles, 14 de octubre de 2009
Háblame de ti...
Lléname los ojos...
domingo, 4 de octubre de 2009
Octubre
lunes, 28 de septiembre de 2009
Sabré...
sábado, 26 de septiembre de 2009
Ojalá...
domingo, 20 de septiembre de 2009
Así como eres...
miércoles, 16 de septiembre de 2009
...yendose lejos
domingo, 13 de septiembre de 2009
He decidido...
viernes, 11 de septiembre de 2009
Los amorosos - Jaime Sabines
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre "¡qué bueno!" han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida
Y se van llorando, llorando
la hermosa vida.
martes, 8 de septiembre de 2009
Aclarando
Retroceder el tiempo...
domingo, 6 de septiembre de 2009
Termina esta noche
jueves, 3 de septiembre de 2009
It is not everything so shining...
lunes, 31 de agosto de 2009
El peor de los males...
El peor de los males
El peor de los males no es quererte
es no poder olvidarte
El peor de los males no es amarte
es no poder vivir sin ti
El peor de los males no es enamorarse
si no vivir enamorado del amor.
Y no me enamoro de ti
me enamoro de el, como antes, como hoy, como siempre
Por que el amor se va
se muda y nos hace la peor de las jugarretas
nos tiene atados, persiguiéndole mientras se mofa en nuestra cara
de lo ingenuos que nos vemos pensando que le encontraremos
Y en conclusión puedo decir certeramente
que me encanta que juegue conmigo
que me traiga a sus pies rendidos
porque si no fuera por el
la vida en este mundo, carecería de sentido alguno.
Lourdes Madrid J.